Huelga de Maestros: Con descuentos o despidos, la huelga continúa

Rechazo total hacia el supuesto acuerdo entre la cúpula del Sutep y el Ejecutivo para reiniciar las clases el lunes, es lo que se respira entre los profesores venidos de provincia a Lima, quienes protestan no sólo por un aumento salarial sino para detener la privatización de la escuela pública.

Mientras los policías intentan impedirles que lleven su protesta más allá de la plaza San Martín, los pedagogos arengan Con bombas o sin bombas, la huelga continúa, haciendo alusión a las lacrimógenas y disparos de escopeta que utilizan los agentes del orden contra ellos. Son miles de maestros provenientes de todos los confines del país, muchos desde las alturas andinas y otros con sus trajes típicos amazónicos, quienes llegaron a Lima en el transcurso de esta semana en la llamada Marcha de los Amautas, en el contexto de huelga indefinida de docentes de colegios estatales, que ya lleva más de un mes.

Como es sabido, el pasado jueves tres de agosto la ministra de Educación Marilú Martens salió en los medios, acompañada del primer ministro Zavala y autoridades de distintas regiones, anunciando que la huelga de los maestros llegaba a su fin y que las escuelas públicas reiniciaban clases este lunes siete. Nada más alejado de la realidad. Afirmando que en diciembre el alicaído sueldo magisterial se incrementaría a dos mil soles, pareciera estar dejando a los huelguistas sin excusas para continuar protestando, a la vez que los gobernadores regionales que la acompañaban afirmaban que se aplicarán descuentos salariales y despidos contra los educadores que no retornen este lunes a las aulas. Sin embargo, el reclamo de los profesores va mucho más allá que un mero incremento de sus ingresos económicos.

EXAMEN DE CASTIGO

Mientras protesta junto con sus colegas de Huancavelica, el educador y dirigente sindical Luis Muñoz Lara critica las evaluaciones a las que son sometidos por el Ministerio de Educación, que todos consideran por demás punitivas y draconianas, ya que en lugar de apuntar a monitorear sus habilidades junto con ellos y capacitarlos para lograr su mejorar su trabajo docente, simplemente sería una excusa para despedirlos y así mermar la estabilidad laboral de los profesores: “Tiene que haber una evaluación que realmente mida nuestro desempeño dentro del aula. . Ése examen mediante rúbricas, ni un experto en educación lo puede lograr. Por ejemplo, uno de los ítems es que al alumno tú lo tienes que mantener cien por ciento motivado durante una sesión de clases. Nosotros trabajamos con niños, que son seres humanos, no los podemos mantener cien por ciento atentos a una clase. Si un niño sale de repente a los servicios higiénicos, ya es una falta para el profesor. No está de acuerdo a la realidad”.

Uno de los puntos centrales del pliego de reclamos de los maestros que protestan en las calles del centro de Lima es la completa derogatoria de la Ley de Reforma Magisterial, la Ley 29944, en cuyo artículo 23 se lee el despido del pedagogo a la tercera evaluación desaprobada, así como la Ley 30541 de este año que la modifica.  Si bien gran parte de la opinión pública ha criticado al gremio docente por no someterse a las evaluaciones, los manifestantes aclaran que sí desean ser evaluados pero no bajo la actual normativa legal.

Luis Lara trabaja en el colegio 31079 del centro poblado de Carampa, en el distrito de Pazos, provincia de Tayacaja. Enseña en primaria, y en su aula tiene mezclados a alumnos de primero, segundo y tercer año, a quienes tiene que impartir los siete cursos. “Los funcionarios de Lima no saben cómo están los estudiantes en la zona rural. Hay alto grado de desnutrición de los niños, no están bien alimentados y por lo tanto no están atentos a las clases. Cada grado, cada niño es un mundo distinto. Acá los profesores hacemos un esfuerzo por llegar a los estudiantes. Con los sueldos miserables que tenemos no nos alcanza para seguir preparándonos, mantenemos a nuestras familias y solamente podemos sobrevivir. Tenemos que auto educarnos, auto capacitarnos para seguir brindando buena educación a nuestros alumnos”.

ESCUELA PÚBLICA, GRATUITA Y DE CALIDAD

El diez por ciento del PBI peruano es lo que piden los docentes que se destine al sector Educación como presupuesto, no solamente para poder solventar sus haberes, sino para mejorar definitivamente las condiciones de trabajo en las que tienen que educar a los hijos del pueblo.

Con su traje típico asháninka, la maestra Gianina Miranda protesta al lado de sus compañeros amazónicos. Su escuela queda en la comunidad de Panga, en Satipo. Estudió en el Instituto Pedagógico de Loreto y es profesora bilingüe de todos los cursos de primaria, desde Lengua hasta Matemáticas, Física y Arte. “Hemos venido a reclamar el aumento del porcentaje del PBI, porque en nuestro país está en la última rueda del coche. Trabajamos con cuarenta niños en una sola aula, desde primero hasta sexto grado. Eso no es dable, es antipedagógico. Son escuelas unitarias donde si aumentaran un poco el presupuesto, nosotros podríamos contar con más docentes. Venimos desde muy lejos, Mazamari está aquí a doce horas, para luchar y defender nuestros derechos y no nos vamos a ir hasta que la ministra nos solucione nuestros problemas. Hay muchas carencias, por ejemplo, vienen niños de una, dos o tres horas de camino para poder estudiar, no tienen una escuela que esté cerca. Además, en nuestra comunidad los niños sufren de desnutrición, los padres no tienen para dar a sus niños una buena alimentación”. En su colegio no hay ningún equipo de computación ni mucho menos internet y el presupuesto para mantener el inmueble donde reciben clases ciento veinte alumnos es de cinco mil soles anuales, según cuenta.

Fotos de Jai G. y Alan B.

La profesora Luisa Curasma Poma, quien imparte Educación Física en la institución emblemática Santa Isabel de Huancayo, explica que ella junto con sus doce colegas tienen que trabajar en instalaciones muy deterioradas de hace diez años. En cada entrenamiento se encarga de unos treinta muchachos sacándolos al campo, lidiando con el barro en la época de lluvias y con el polvo y la suciedad a mediados de año. Espera que se cumpla la promesa de tener nuevas instalaciones en noviembre. Por su parte, Janet Malpartida, del mismo colegio, quien enseña ciencias sociales en secundaria, cuenta que en su institución la máxima tecnología con la que cuentan es un solo proyector multimedia, algunas pizarras, plumones y tizas.

Además de denunciar el descuido presupuestario de la educación pública en el Perú, los educadores prevén las intenciones de privatizar el sector por parte de los últimos gobiernos, como también han querido hacerlo con otros sectores públicos, como la salud y el agua. Bajo la forma de Asociaciones Público Privadas (APPs), el Ejecutivo plantearía concesionar los colegios nacionales, para lo cual necesitaría, entre otras cosas, precarizar aún más la situación laboral de los docentes.

DEUDA SOCIAL Y DERRAMA MAGISTERIAL

Cinco años de estudios universitarios y en muchas ocasiones, maestrías y diferentes diplomados y capacitaciones, sólo ameritan ganar mil doscientos soles para miles y miles de educadores de escuelas públicas en el interior del Perú, tanto los recién graduados como los más veteranos. En la otra orilla, los suboficiales de la Policía que los golpean ganan más de tres mil soles luego de tres años de estudios técnicos y entrenamientos para reprimir a las masas.

La profesora Janet Malpartida cuenta que si bien reciben bonos por encima de su salario, éstos no cuentan para calcular su pensión de jubilación en el futuro, además que no es seguro que los sigan recibiendo siempre. Su horario de trabajo consta de veinticuatro horas pedagógicas semanales, según figura en su resolución de nombramiento, al igual que muchos de sus colegas a nivel nacional. Pero en el 2014 le asignaron un bono de cien soles más, a la vez que cambiaron su horario a veintiséis horas. En el 2015 y el 2016 se sumaron otros dos bonos, por lo que ahora recibe mil quinientos soles por laborar treinta horas. “En esas treinta horas efectivas, no se cuenta la preparación de clases, preparación de instrumentos de evaluación, preparación de materiales educativos. Por ejemplo, se viene el Programa Semáforo que está implementado por el Ministerio, y te pide materiales preparados. Ese es tiempo que nosotros le quitamos a nuestra familia. Por ejemplo, una sesión que dura dos horas, a veces pasamos una, dos horas, un día, preparándonos. Nos llevamos todo ese material a nuestras casas y no son horas efectivamente retribuidas”. Mientras protesta en Lima, la maestra huancaína espera que el Legislativo apruebe en agosto que los docentes de todas las categorías ganen íntegramente como sueldo el equivalente a una UIT, es decir, cuatro mil cincuenta soles. O en el peor de los casos, que alcancen la misma paga que un efectivo policial del rango más bajo.

Los profesores amazónicos consideran que su labor como pedagogos bilingües debería ser mejor retribuida, al preservar las lenguas nativas de las comunidades donde trabajan. Sin embargo, los maestros sólo recibieron como gratificación por julio, trescientos soles. Muchos educadores que laboran en poblados a los que sólo se llega tras días de viaje, no pueden tener cerca un cajero bancario donde retirar su sueldo, por lo que a veces tienen que ir a cobrarlo a duras penas luego de varios meses o incluso medio año.

Fotos de Jai G. y Alan B.

Los reclamos laborales no solo apuntan a un sueldo digno para los profesionales de la educación, sino también a la democratización de la Derrama Magisterial. Entidad financiera ligada al sindicato de profesores, la Derrama se creó para conceder créditos a los afiliados. Empero, los protestantes acusan a la cúpula del partido Patria Roja de administrar los generosos fondos de este banco del magisterio, que se incrementan mediante los descuentos obligatorios de veinte soles mensuales por planilla a miles de pedagogos en todo el Perú.

La maestra Luisa Curasma recibió una invitación de la Derrama para acceder a un préstamo de veinte mil soles, tan necesarios para poder construir su casa. El monto lo viene pagando en sesenta meses, pero los intereses en su totalidad ascienden a dieciocho mil soles, con lo que terminará pagando el doble. Dice que no le permitieron fraccionarlo en menos meses. Pagará el capital más los altos intereses, además de los veinte soles mensuales que aporta siempre desde que se afilió en 1996. Entretanto, los educadores cusqueños en huelga ya anunciaron que se desafiliarán masivamente de la Derrama.

NI CON PATRIA ROJA NI CON SENDERO

El Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú (Sutep), histórico gremio de maestros, fue fundado por el legendario Horacio Zeballos a inicios de los setenta. El Comité Ejecutivo Nacional (CEN), con sede en Lima, es manejado por el partido Patria Roja, al cual pertenecía el fundador. Pero muy lejos de la retórica marxista leninista que este partido pregona, es rechazado por los profesores huelguistas de las bases de todo el país, quienes acusan a dicha cúpula de ser vendehuelga y cómplice del gobierno de turno. La dirigencia del CEN de Patria Roja no sólo se rehusó a continuar el paro nacional cuando inició en julio de este año, sino que se sentaron a negociar con la ministra Martens el jueves pasado, irrogándose una representatividad que evidentemente ya no ostentan entre los docentes que protestan. Aunque tienen la ventaja de ser reconocidos por el Ministerio como interlocutores legales del gremio magisterial, es bastante obvio que su legitimidad ha desaparecido.

Teniendo en claro que la dirigencia del CEN del Sutep nacional no los respalda, los educadores de las bases sindicales de las diferentes provincias han fundado los comités de lucha regionales, los cuales confluyen en un comité de lucha nacional, el cual tiene muy claros los puntos de su pliego de reclamos y que el mencionado acuerdo entre el ministerio y el CEN no tiene validez. Desean negociar directamente con el ministerio y los congresistas y aunque ya han tenido algunas reuniones, no piensan marcharse de Lima hasta lograr sus objetivos.

Como era de esperarse, una huelga nacional de semejante envergadura ha enardecido a los voceros conservadores y neoliberales en el espectro político y en los medios de comunicación, quienes han criminalizado la protesta al acusar abiertamente a los miles de pedagogos que luchan en todo el país de ser terroristas vinculados con Sendero Luminoso y estar siendo manejados por el Conare (Comité Nacional de Reorientación y Reconstrucción del Sutep), minúscula facción pro senderista de educadores. Sin perder tiempo, los voceros de Patria Roja también se han unido a esta campaña de desprestigio contra los manifestantes en más de un pronunciamiento. Lo irónico del caso es que los protestantes consideran a los senderistas tan oportunistas y politiqueros como Patria Roja, por lo que deslindan tajantemente de cualquier grupo subversivo.

Las imágenes de enfrentamientos entre los docentes en huelga y la Policía en Cusco y otras ciudades de la sierra sur, bloqueos de carreteras e incluso del aeropuerto, represión y muchas situaciones más que configuran un conflicto social que va creciendo, lejos de causar rechazo, ha concitado la solidaridad de movimientos sociales, sindicales y estudiantiles en el Perú, incluso de los mismos escolares y padres de familia.

El maestro Luis Muñoz sentencia: “Estamos en una medida de lucha. Lo único que buscamos es el diálogo y lo que hemos obtenido ha sido solamente la represión de la Policía, donde hay detenidos y heridos. Esa es la manera como nos trata el gobierno, con bombas, palazos. Hemos tenido heridos por bombas impactadas directamente al cuerpo, con esa saña a matar prácticamente. Hay heridos en el hospital regional. Hay una presión por parte del gobierno regional con que nos van a descontar, con que nos van a despedir a los profesores que estamos acatando esta medida de lucha. Es un derecho y no lo pueden hacer. Esto no nos va a amilanar, sino nos va  a poner más fuertes y decididos a continuar hasta reivindicar nuestros derechos laborales y también por la defensa de la educación pública gratuita”.

Alan Benavides

Terminé Periodismo, fotografío protestas y escribo sobre conflictos sociales. No confío en ningún gobierno, ninguna forma de poder económico ni violencia uniformada.